Educación
formal, no formal e informal.
Hacia
finales de los años sesenta se empezó a hablar de educación no formal e
informal, tras unas críticas realizadas por diversos autores, se comenzó a
tener conciencia de que la educación formal no era suficiente, por el
contrario, es solo una parte de lo educativo. Fueron varios los autores que
reconocieron estas tres modalidades de educación, pero ¿de qué se tratan
realmente?
Cuando
hacemos referencia a la educación formal, es aquel tipo de educación que está
regulada legalmente y controlada. La acción educativa que se realiza es plena e
intencional, y se lleva a cabo de manera sistemática y estructurada. Con la
educación formal se obtienen titulaciones académicas reconocidas oficialmente.
Suele llevarse a cabo en instituciones reconocidas y responde a un currículum
establecido por el Estado, cuyo objetivo es el desarrollo íntegro del educando.
Cuando
hablamos de educación no formal hacemos referencia aquella educación que es
sistemática e intencional, al igual que en la educación formal. Las diferencias
con esta, pueden verse en que las acreditaciones académicas no están
reconocidas oficialmente debido a que los contenidos y procesos tienen un bajo
nivel de regulación legal, y en algunos casos esta regulación es inexistente.
Las actividades suelen llevarse a cabo fuera del ámbito educativo, y pretenden
también el desarrollo íntegro del educando.
Y
por último, la educación informal es aquella que se da por el contacto con
nuestro entorno, y es que no hay que olvidar que siempre estamos aprendiendo.
Este tipo de educación posee bajo o ningún grado de organización y
sistematismo, además se da de manera involuntaria por parte del “educador”. No
está legalmente regulada, ni se obtienen titulaciones académicas reconocidas.
La educación informal correspondería con el currículum oculto.
No
hace mucho tiempo atrás, la escuela era la que tenía el conocimiento, pero
actualmente debido a que nos encontramos inmersos en la Sociedad del
Conocimiento, desde la cual recibimos grandes cantidades de información de la televisión,
la prensa, las redes sociales, etc., sería inútil pensar que la única forma de
educarnos recae sólo en la educación recibida en la escuela. Ante una sociedad “líquida”
donde todo es efímero, deberíamos preguntarnos qué peso debe tener la educación
formal y cómo sopesarla con la no formal e informal. Tenemos la posibilidad de
llegar al conocimiento desde distintas vías y no se puede desperdiciar el
conocimiento que se crea en los contextos no formales e informales, puesto que
son muy enriquecedores, e incluso, a nuestro parecer son aprendizajes más
significativos que los adquiridos en la escuela.
Con
este artículo pretendemos resaltar la importancia que tienen la educación no
formal e informal como complemento de la educación formal, y aunque hoy día se
siguen separando, nosotras como pedagogas tenemos el deber de crear una red de
aprendizaje que interconecte estas tres modalidades de educación.
Bibliografía:
Marenales,
E. (1996) Educación formal, no formal e informal. Temas para concurso de
maestros. Editorial Aula. Recuperado de: https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/33844347/eduformal.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1520233167&Signature=ouwfuUpy3ebWOhKdH4bnlG95Bu0%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DEduformal.pdf
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