martes, 20 de febrero de 2018


Educación formal, no formal e informal.

Hacia finales de los años sesenta se empezó a hablar de educación no formal e informal, tras unas críticas realizadas por diversos autores, se comenzó a tener conciencia de que la educación formal no era suficiente, por el contrario, es solo una parte de lo educativo. Fueron varios los autores que reconocieron estas tres modalidades de educación, pero ¿de qué se tratan realmente?

Cuando hacemos referencia a la educación formal, es aquel tipo de educación que está regulada legalmente y controlada. La acción educativa que se realiza es plena e intencional, y se lleva a cabo de manera sistemática y estructurada. Con la educación formal se obtienen titulaciones académicas reconocidas oficialmente. Suele llevarse a cabo en instituciones reconocidas y responde a un currículum establecido por el Estado, cuyo objetivo es el desarrollo íntegro del educando.
Cuando hablamos de educación no formal hacemos referencia aquella educación que es sistemática e intencional, al igual que en la educación formal. Las diferencias con esta, pueden verse en que las acreditaciones académicas no están reconocidas oficialmente debido a que los contenidos y procesos tienen un bajo nivel de regulación legal, y en algunos casos esta regulación es inexistente. Las actividades suelen llevarse a cabo fuera del ámbito educativo, y pretenden también el desarrollo íntegro del educando.
Y por último, la educación informal es aquella que se da por el contacto con nuestro entorno, y es que no hay que olvidar que siempre estamos aprendiendo. Este tipo de educación posee bajo o ningún grado de organización y sistematismo, además se da de manera involuntaria por parte del “educador”. No está legalmente regulada, ni se obtienen titulaciones académicas reconocidas. La educación informal correspondería con el currículum oculto.

No hace mucho tiempo atrás, la escuela era la que tenía el conocimiento, pero actualmente debido a que nos encontramos inmersos en la Sociedad del Conocimiento, desde la cual recibimos grandes cantidades de información de la televisión, la prensa, las redes sociales, etc., sería inútil pensar que la única forma de educarnos recae sólo en la educación recibida en la escuela. Ante una sociedad “líquida” donde todo es efímero, deberíamos preguntarnos qué peso debe tener la educación formal y cómo sopesarla con la no formal e informal. Tenemos la posibilidad de llegar al conocimiento desde distintas vías y no se puede desperdiciar el conocimiento que se crea en los contextos no formales e informales, puesto que son muy enriquecedores, e incluso, a nuestro parecer son aprendizajes más significativos que los adquiridos en la escuela.
Con este artículo pretendemos resaltar la importancia que tienen la educación no formal e informal como complemento de la educación formal, y aunque hoy día se siguen separando, nosotras como pedagogas tenemos el deber de crear una red de aprendizaje que interconecte estas tres modalidades de educación.
Bibliografía:

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