martes, 20 de febrero de 2018


El centro educativo como fábrica.

Dicha metáfora hace alusión a como la escuela educa a todos los alumnos/as de la misma forma, bajo los mismos valores, competencias, habilidades y sobre todo contenidos, ya que principalmente el currículo es estándar para cada ciclo. Además lo que realmente interesa no es la reflexión y la adquisición de éstos ni  la adquisición de las competencias y contenidos recogidos en el currículo de forma autónoma, crítica e integral por cada alumno/a, sino que, lo que a ésta fundamentalmente le interesa es la adquisición de todo lo descrito anteriormente de forma rígida, pues su fin es crear un patrón donde se defina qué debe saber y cómo debe ser el alumno/a ideal para que al final de la aplicación del mismo patrón educativo, todos los alumnos hayan obtenido lo propuesto inicialmente, excluyendo y quedando exento de seguir en el sistema todos aquellos/as alumnos/as que no se adecuen a dicho modelo. Por consiguiente, esta metáfora también se podría explicar a través de la imagen que aquí les mostramos, titulada “La fábrica que es la escuela” de Francesco Tonucci 1970. Dicho autor mediante esta viñeta nos presenta como la escuela es una fábrica en la que todos los niños entran siendo diferentes y al final del proceso educativo salen iguales, pero solo aquellos que son válidos son los que promocionan, los que van a poseer bienestar, cultura, dignidad y poder. Y aquellos que “no están a la altura” de lo que la sociedad espera, son desechados. En definitiva, esta metáfora nos muestra como estamos ante un sistema educativo que pretende aborregar a las personas que entran en él, dejándonos sin ideas o iniciativas propias, para de esta manera mantenernos controlados y evitar que pensemos y enjuiciemos por nosotros mismo.

Desde nuestro punto de vista, pensamos que todo lo que muestra dicha metáfora e imagen es totalmente cierto, de ahí que la hayamos elegido y querido abordar. Opinamos que actualmente nos encontramos en un sistema muy estandarizado donde todo el mundo debe adquirir las mismas competencias a la finalización de su vida académica puesto que el currículo educativo así lo recoge, y por eso queremos expresar nuestra disconformidad, ya que debería estar más centrado en la atención a la diversidad puesto que no todos iguales, no tenemos las mismas habilidades, competencias, actitudes, facilidades… para ser educados de forma común, igualitaria y tipificada. Y sobre todo pensamos éste debe basarse en la creación de un pensamiento crítico y divergente, donde cada alumno/a con las nociones nadas forme el suyo propio y no seguir abogando por el pensamiento único.
Por lo que finalizamos diciendo que apostamos y defendemos desde estas líneas un sistema educativo abierto, flexible, crítico y reflexivo.
Bibliografía:
Martín-Moreno, Q. (2006): Organización y dirección de centros educativos innovadores. El centro educativo versátil. Madrid: McGraw-Hill. Pg.: 62.

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